15.3.07

OASIS


A la manera del padre Gallo.

Y llegó el día en el que conocí al todo poderoso (mejor escribir TodoPoderoso),

Se sentó en su trono, cansado de miles de años de juicios infames miraba, no obstante complacido a todos lo que se entrevistaban.

Yo tenia rabia, ¿cómo era posible que me hubiese abandonado después de tantos años de pasión?, ¿acaso las misas, los cantos, la devoción no le eran suficientes? ¿por qué estaba tan sólo y echado a mi suerte? …a mi mala suerte.

Y llegó mi turno. Nos miramos fijamente, yo en sus profundos ojos azules aun no encontraba respuesta para su difamatorio comportamiento, así que pregunté:

“Nosferatu, ¿por qué me has abandonado?”

Él calló un momento. Reflexionó como si sobre su cabeza pendiera la espada de Damocles, como si se tratase de desatar el nudo gordiano. No obstante, su silencio no era otro que el de la espera que yo me calmara. Con su voz aliviada dijo:

“ ¿Te acuerdas de aquel día en que todo salio mal?, perdiste tu trabajo, perdiste a tu amor, perdiste la esperanza y por eso saliste a caminar sobre la playa. Era un día hermoso a pesar de tu tristeza y caminaste kilómetros sin encontrar a nadie hasta que el sol lentamente cayó en el horizonte, ¡ese día estaba a tu lado¡ …”

Yo lo interrumpí, bruscamente le dije: “pero, si tu estabas a mi lado, ¿por qué solamente había un par de huellas en la arena?”.

El me miró complacido, y con su respuesta entendí el mundo y sus infinitos mecanismos…ese día, me dijo, “solo había un par de huellas porque yo te estaba cargando”

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